miércoles, 8 de junio de 2011

Besos

¿A caso hay algo mejor que resistirse a un beso?, aguantar los deseos incontrolables de dar un beso apasionado provoca sensaciones extrañas. No debiera ser placentero el restringirse las cosas agradables, pero en este caso, es una de las pocas excepciones de la vida.

Escribir de los besos no es un tema que me apasione, ni tampoco la devoción de mi actuar, pero cuando encuentras la persona indicada con quien existe ”feeling”, puede transformarse de un medio a un fin, y eso es lo entretenido e interesante.

No todo el mundo juega y provoca deseos en el otro, no todos buscan sentirse un poco deseados; ese es el fin de estos típicos “rolplay” de hacer cosquillas, rozar los labios o simplemente mirarse fijamente a los ojos en silencio, ese silencio que incomoda y ante el cual no quieres perder, aguantas y aguantas, esperando que tu contrincante pierda y sea quien ceda para que te de un tan deseado beso, con lo que esto implica.

Es un simpático orgullo, un desinterés por milésimas de segundo, cosquillas nerviosas, experiencia que no se vive todos los días ni con todas las personas. Puede ser repetitivo a lo largo del tiempo o una historia de una noche de disco, el escenario es un detalle, mientras se vive el momento de felicidad extrema, los oídos se tapan un poco para no interrumpir el juego y los ojos que miran pareciera que estuvieran cerrados... reina el silencio, hasta un algún día y abrir los ojos en la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario