Cuando en el Tarot aparece la carta de “La
Muerte” no deja de asustar, porque en nuestra concepción occidental católica,
apostólica y romana, la muerte se ve como un castigo divino, vemos la
desaparición de un ser querido de una forma egoísta, pensando sólo en que
nosotros dejaremos de ver a ese alguien. Pero esta carta significa algo mucho
más positivo que lo que conocemos culturalmente, es el término de un periodo en
la vida y el nacimiento de otro, es el morir y volver a nacer, la purificación por
el aire, fuego y agua, que muchas veces nos lleva a la transmutación del
espíritu.
Muchos odiamos la incertidumbre y el miedo
a la muerte tiene que ver con el temor a lo desconocido, lo que el Kybalión dilucida
con la "Polaridad" y que otros buscamos a través de la famosas frases
bíblicas "buscad y
encontrareis", "pedid y os darán" y "Tocad y os
abrirán", dando a entender que la única forma de brindar luz a nuestra
oscuridad está en la búsqueda de la verdad.
La inestabilidad, las penurias, la
soledad, la inseguridad, el desamor, la pobreza material y en mayor grado la
espiritual, son razones por las que existe temor a las cosa que viene, muchas
veces nos reprimimos de hacer, decir y hasta en sentir, por experimentar
sensaciones de estabilidad.
Queremos ser felices, pero muchas veces
los medios para lograrlo son los que alejan de nuestras posibilidades, esto nos
trae temores a lo que viene. "El
amor más fuerte es aquel que puede mostrar su fragilidad", según
Coelho, y muchas veces la fragilidad es lo que más nos asusta. ¿Éste será el
miedo a ser feliz?, tal como lo expresa Pablo Neruda "Para que nada nos separe que nada nos una", aunque en la
visión racionalista de Nietzsche "En
el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de
razón", por lo cual nuestro cerebro puede controlar de forma
consciente el camino para llegar a la felicidad.
Somos parte de un todo, no existe ni
lo bueno ni lo malo, según el Kybalión, trabajo de nuestro gran amigo
Hermes Trimegistro, existe el principio de “El Ritmo”, donde nada es absoluto,
tal como el movimiento de un péndulo, que tiene un comienzo y un final,
pero cada movimiento es parte de la oscilación; en este sentido no existe la
felicidad ni la tristeza, sino etapas más cercanas a estos sentimientos; lo
importante en todo esto es entender la famosa carta de "La Muerte",
disfrutar y entender los cambios, aprovechar las oportunidades y abrirse a las
cosas nuevas.
En la Teoría de Sistema según dice Kuhn, se
define la entropía como el orden natural, Jorge Drexler en uno de sus temas
expresa "nada se pierde, sólo de
transforma". Nunca una situación es igual a la otra, aseveración
asimilable a que "nunca nos
bañamos dos veces en el mismo río". Con esto quiero decir que no por
haber vivido circunstancias complejas debemos temer a lo que viene, a las
personas o al destino, hay que mirar al horizonte y caminar con los ojos muy
abiertos a la realidad, con el ritmo firme y decidido del Auriga, es la única
forma de avanzar.
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