sábado, 28 de mayo de 2011

EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA

Escribiendo en mi cubículo habital, mirando un poco hacia mi espalda y escribiendo con música de alegría de quiebre, nada mejor para comenzar el día después de mañana.

Las energías renovadas a cien mil por hora, viaje, saludos, abrazos, elementos que cuando se mezclan y conjugan logran una reacción espectacular, que exista sincronía en el movimiento de las hojas, del viento y de las personas, música sonando siempre, sin parar, sin dejar de extasiar mi felicidad por ser un acaparador ingenuo de cariños, no busco, no pido ni exijo, sólo recibo, como una fecunda siembra de semillas naturales.

Las realidades son tan distintas como los mundos en mi cabeza de Principito, aunque en esos viajes interplanetarios de región en región, la melancolía del abandono no siempre es excesivamente positiva, sí logra recojer elementos transversales que hacen vivir feliz, lleno de recuerdos lindos, de cariño por doquier, de sensación de marinero, con coquetos gratuitos, con largas y fructiferas conversaciones, más y más elementos indescriptibles, más y más fenómenos cada vez más explicables a lo largo de los años y las experiencias.

Por ahora camino en mis pensamientos, estacionado en mi tradicional cubículo, mirando alrededor de forma extraña y sintiendo que el mundo no es más que un par de vueltas a la manzana, o simplemente no es más que una sonrisa espontanea...
--

No hay comentarios:

Publicar un comentario