miércoles, 11 de mayo de 2011

DEFINICIÓN

Siempre escribo poemas sobre lo que me pasa, más encriptados que los mensajes en morse, la idea es que sólo yo pueda entender lo que me pasa, a veces pareciera que es vergüenza de sentir, de creer, temer o amar.

Un discurso normal es que diga que "el amor es una construcción social", un robot como dijo un Gremlin perdido un día. Es la negación de sentir, o la careta perfecta de seriedad que se necesita para ser respetado por la sociedad.

Y escribo mil lugares comunes para el conocimiento de cientos de miles de personas que pueden ingresar a un tímido blog gratuito.

Lo de ahora no es menor, son síntomas de una enfermedad no mortal pero si crónica, síntomas conocidos por algunos como inapetencia, insomnio, falta de atención, deseos incontrolables de cualquier tipo de comunicación, celos sin fundamentos, nerviosismo, transpiración helada en manos, excesivo estrabismo hacia los labios, y un sinfín de especificidades como las cosquillas en la barriga, etc.

Cada un año comienzan estos síntomas y logro evadirlos de forma magistral, hacer un lado las enfermedades que quitan mi norte, o por lo menos, que lo desvían. No niego que me encanta sentir, expresar, querer por montones, amar en todas sus formas, que lloro cada cierto tiempo por la soledad y que caen lágrimas cada vez que recuerdo momentos felices, cada vez que veo muestras de humanidad en las personas.

No tan robot como quiero que se crea, muy tímido escondido en un mar de palabras sueltas, al viento, en retórica indescriptible que ahoga a las personas y no los deja ver el fondo del no discurso. Me gusta la soledad de mi mundo, pero no la soledad en el mundo, necesito de abrazos, de besos, de contradicciones e indecisiones.

La música logra sanar un poco de mi insomnio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario